¿QUIÉNES SON LOS VERDADEROS SODOMITAS DE LA ACTUALIDAD?

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Por Alexandre Feitosa

Muchos mitos se construyen sobre pesados escombros, consecuentemente, al trasladar dichos escombros, los altos edificios  de los antigos conceptos y de las falsas ideas caen al suelo. El significado de la sodomía que hoy leemos en los mejores diccionarios no es más que el producto de un error que duró siglos, e insiste en perdurar: la sodomía como sinónimo de homosexualidad. ¿Cómo es eso? Nuestros lingüistas están todos equivocados? En cierto modo, sí. He aquí un ejemplo, tomado del Diccionario de sinónimos y antónimos Editorial Melhoramentos, página 567:

sodomía sf. pederastia, homosexualidad, homosexualidad, inversión.

El equívoco se debe a una construcción histórica que resultó de una mala interpretación. Todo comenzó hace más de 2000 años, con el filósofo helenístico judío Filón de Alejandría (25 aC - 50 dC). La historia de Filón es única, en medio de muchos otros documentos. Él es el único historiador que menciona actos homosexuales entre los hombres de Sodoma. ¿Cuál es la base de ese relato? Ciertamente Filón fue influenciado por el punto de vista, común en la época, que el único propósito del sexo es la procreación. Ese pensamiento influyó a que Génesis 19 fuera conducido a la mala interpretación. Siglos más tarde, Tomás de Aquino prosiguió con el malentendido, popularizando el término "sodomita", como el practicante de la sodomía o sexo anal entre hombres. No hay registro bíblico de prácticas homosexuales  en Sodoma y las ciudades circundantes. El episodio relatado en Génesis 19 no era más que un intento fallido de abuso, que no refleja la realidad de la homosexualidad como la orientación sexual.

Tú puedes estar diciendo, "¡pero la propia Biblia  hace esa asociación, está allí, en 1 Corintios"! Hay una diferencia entre lo que el texto original dice y lo que dicen las traducciones, muchas de ellas, llenas de errores. De hecho, las traducciones modernas utilizan ese término, sin embargo, no encuentra tal palabra raíces etimológicas en hebreo gentílico “sidon”, el habitante de Sodoma. El mayor problema de los expertos es que no hay consenso en cuanto al significado original  del término griego usado por el apóstol Pablo (en 1 Corintios 6,9 y 1 Timoteo 1:10). Ese término no tiene ninguna relación con el hebreo, de modo que las traducciones modernas se basan en una visión errónea de Génesis, realzada por raras interpretaciones antiguas de los verdaderos pecados de los sodomitas.

Menciones a los pecados de Sodoma son abundantes, tanto en los libros de la Biblia protestante como en los libros deuterocanónicos – de las Biblias Católicas. Podemos citar también los libros apócrifos y otras fuentes históricas como pruebas adicionales. Todos están de acuerdo entre ellos mismos sobre lo que dicen las Escrituras, a saber, ni una palabra acerca de la homosexualidad.

Entonces, ¿qué, de hecho, la Biblia nos enseña acerca de los sodomitas? ¿Encontramos, hoy día, conductas capaces de clasificar a alguien así? Por supuesto. Al leer Génesis 13:13, 19, Ezequiel 16:49, Isaías 1.10-17, Lucas 10:10-12, entre otros pasajes, vemos que los sodomitas reales son los que practican tales actos como el asesinato, la injusticia, el odio a los extranjeros, los huérfanos y las viudas - aquí en representación de las diferencias y las minorias desvalidas: la falta de hospitalidad, el orgullo, desamparo a los pobres y necesitados, la arrogancia, entre otras cosas que Dios aborrece. Los verdadeiros sodomitas de hoy, de acuerdo con la Biblia, son los que practican esas y otras atrocidades.

Si un homosexual practica actos de semejante crueldad, como los mencionados anteriormente, tenemos la autoridad bíblica para clasificarle como sodomita, sin embargo, si clasificamos a alguien así a causa de su orientación sexual es un grave error, bíblico y semántico.

Cuando Dios exhorta a Israel en Isaías capítulo 1, trazando un paralelo entre este y Sodoma, está demostrando que los sodomitas reales son los que dicen servir a Dios con sus sacrificios, holocaustos, ofrendas y oraciones. ¿Qué nos enseña eso? Que los religiosos y legalistas de la modernidad son los verdaderos sodomitas, ya que con sus actitudes excluyentes, disfrazadas de amor y altruismo, oprimen a las minorías, boicotean sus derechos, luchan para perpetuar la injusticia y la parcialidad de gobernar. Cualquier semejanza  con líderes religiosos, representantes políticos y sus seguidores no es una coincidencia!

A ellos, les caben muy bien las palabras del mismo profeta:

¡Ay de los que emiten decretos inicuos  y publican edictos opresivos! Privan de sus derechos a los pobres,  y no les hacen justicia a los oprimidos de mi Pueblo! (Isaías 10.1 e 2)